La obligación del contratista en la seguridad del trabajador, para la construcción de obras en zona de derrumbes, no se extingue con el suministro de botas, casco y herramientas, sino que implica la exigencia de un sistema de alarmas eficiente, un control específico sobre el trabajo y un equipo entrenado para resolver las contingencias.
Considerar que un derrumbe por el solo hecho de tratarse de un evento de la naturaleza adquiere el carácter de fuerza mayor, implica negar los protocolos de seguridad y salud en la construcción de obras.
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