Momento para examinar algunos debates en el tiempo histórico de la Corte Suprema de Justicia, en materia de perjuicios morales y reparación simbólica
León Villaveces demandó al municipio de Bogotá ante los graves perjuicios e injurias al haber exhumado los preciosos y queridos restos de su esposa Emilia Santa María de Villaveces, disponer de ellos y del ataúd que les contenía; retirar la lápida que cubría la bóveda número 102 del cementerio nuevo oriental externo y colocar allí otro cadáver sin anuencia ni consentimiento de su parte.
El 21 de julio de 1922, la Sala de Casación de la Corte Suprema de Justicia, con ponencia del Magistrado Tancredo Nannetti, casó parcialmente la decisión de instancia, que había absuelto al municipio y, para mejor proveer, requirió que, por medio de peritos, se fijara el monto de los perjuicios morales sufridos por el demandante con ocasión de la indebida extracción de los restos de su cónyuge. El 22 de agosto de 1924 se profirió la sentencia de reemplazo.
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