Por el sótano del Palacio de Justicia ingresó el comando de guerrilleros del M-19, que hacia las 11:35 a. m. del miércoles 6 de noviembre de 1985, consumó la operación Antonio Nariño. A pesar de que dieciocho días antes, se conocía de los planes de esa toma, en el momento de su realización no había un miembro de las Fuerzas Armadas para defender la edificación donde laboraban los funcionarios más amenazados de la época: los magistrados de la Corte Suprema de Justicia.